“Soñar en legítima defensa…” por Adolfo Chautón

Compartimos con nuestros lectores este artículo de Adolfo Chautón, consultor del experience FACILITAR LA CIUDAD COLABORATIVA.

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¿Quién no ha conducido en su vida un automóvil? o ¿quién no ha utilizado nunca el sistema operativo Windows? Vivimos de lleno la Sociedad de la Imaginación y lo hacemos a diario.

Henry Ford fundó la compañía automovilistica que lleva su nombre a finales del siglo XIX: “Yo soñaba con la gran producción”; Bill Gates, por su parte, supo apropiarse del sueño de un programador cercano para proyectar el suyo propio: que cada ordenador funcionara bajo su sistema operativo. Son dos ejemplos de cómo nuestra actividad cotidiana está inundada de actividades que antes de ser una realidad fueron simplemente utopías.

Hoy la creatividad está de moda, y lo está sencillamente porque se ha vuelto necesaria. La creatividad es la antesala de la innovación, y la innovación parece nuestra única salvación en un momento en el que las estructuras de la sociedad global se tambalean y en el que el sistema que soporta la vida se resquebraja. Llámemosle, si queremos, crisis.

“Cada persona es una obra de arte” decía Wolf Vostell; sin embargo, la tendencia a la hora de activar la creatividad y de implicarla en la construcción de ciudad (simbiosis de sociedad y territorio) sigue siendo repetir hasta la saciedad la máxima de “rodearse de los mejores”. Para muchos la clave está en atraer a las Creative Class (clases creativas), tener un Ford o un Gates o comprarse un CR para convertirse “ipso facto” en la Ciudad Creativa de referencia.

Pero en las ciudades no sólo viven “los mejores”. Vivimos todas y todos, y somos personas diferentes, diversas y divergentes, lo que precisamente garantiza un caudal creativo inimaginable. Para mí esta es la clave: este caudal canalizado hacia el interés general, hacia el procomún (Creative Commons), tiene un excepcional potencial transformador como alternativa para hacer más creativos e innovadores nuestros entornos.

El modelo de las ciudades Creative Class exige generar unas ventajas competitivas capaces de “atraer” talento. Es decir: una inyección constante de dinero que permita reinventarse al ritmo que sea necesario.

El modelo de las ciudades Creative Commnons se basa en faciltar las condiciones para que el talento aflore y se organice de manera colaborativa para construir un proyecto integrador de ciudad.

Del modelo de ciudad en el que habitemos se derivará necesariamente el modelo de ciudadanía que asumimos y construimos tanto en nuestro entorno local como en el ámbito global.

En el primer caso, en el modelo de las ciudades Creative Class, nuestro papel es sencillamente el de asumir la visión y las oportunidades que sobre el espacio que habitamos, de nuevo local y globalmente, concibe una élite “creadora”. Proyecciones que normalmente están adaptadas a necesidades y visiones particulares y acotadas a las restricciones de los derechos de propiedad de sus creadores. La misma lógica que permitió tangibilizar los sueños individualistas de Ford, la gran producción de automóviles basados en la combustión de energías fósiles no renovables, o de Gates, con la simplificación de la operatividad hacia el sistema único.

El otro modelo, el de las ciudades Creative Commons, promueve una ciudadanía proactiva capaz de asumir riesgos y responsabilidades. Una ciudadanía prosumer identificada e implicada con los entornos en los que vive y que encuentra su fortaleza en el trabajo en red y en liberar el conocimiento, compartiendo códigos para que puedan ser adaptados a cualquier realidad y/o necesidad.

Situarse en uno u otro modelo no es una cuestión intrascendente, ambos interactúan de manera dinámica: un modelo avanza en función de lo que el otro retrocede y viceversa. Por tanto, a no ser que seamos un Henry Ford, un Bill Gates, un Foster o un Calatrava o que vivamos en las áreas gentrificadas de Abu Dhabi, Londres, Nueva York o Los Angeles, posiblemente no nos quede más remedido que soñar en legítima defensa.

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texto por Adolfo Chautón
primera imagen: Imaginación por Daniel Lobo
segunda imagen:  Creative Commons por Giulio Zannol

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Os recordamos que la primera clase del experience FACILITAR LA CIUDAD COLABORATIVA tendrá lugar el lunes 28 de febrero de 18h a 19h (UTC+1 Madrid, España) en livestream.com/urbansocialdesign. Os recordamos que quedan plazas libres y que la matrícula del curso está abierta hasta el sábado 26 de febrero.

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